19-29 Septiembre 1944
Cuando pensamos en batallas famosas de la Segunda Guerra Mundial inmediatamente nos vienen a la mente. Kurks, Stalingrado, El Alamein…
No obstante, hay muchas batallas que permanecen relativamente desconocidas o en el olvido. Una de esas fue la Batalla de Arracourt. De hecho, no hay mucha cosa al respecto de la batalla. No ha sido clasificada como batalla aislada sino como parte de la Campaña de Lorena en la cual participó el 3er Ejército de Patton entre Septiembre y Octubre de 1944.
El título más evocador para la lucha entorno a Arracourt fue uno usado por los franceses: “La Batalla de los Tanques”
Fue el combate de tanques más grande en el que participó el Ejército Americano antes de la Batalla de las Ardenas, pero esta última se situó en un área geográfica amplia y fue realmente una serie de batallas en vez de una sola.
¿Qué fue lo que hizo especial este combate de tanques?
Simplemente que un fuerza acorazada alemana equipada mayormente con tanques Pantera fue derrotada por una fuerza americana equipada mayoritariamente con tanques Sherman de 75mm.
Primeros días de combate (19-28 de Septiembre de 1944)
Con el frente estabilizado en torno a Arracourt y con un ataque de diversión alemán en Lunéville, el Alto Mando, dirigido por el mismo Hitler, decidió realizar un ataque en la zona de Arracourt con el objetivo de alcanzar a la División 553 Volks Grenadier aislada en Nancy y poder darle respiro, no sólo a la división sino a todo el frente. El problema eran los efectivos destinados a esta tarea. Debido al empuje de los británicos en la zona de Aachen no se podían destinar muchas tropas para este ataque. Con lo que el General Manteuffel, encargado del ataque, sólo pudo contar con la Brigada 113 de tanques Pantera y el 2113 Regimiento Panzer Granadero. Escasos efectivos para tan magna tarea.
Este hándicap se puso de manifiesto los primeros días del ataque.
El 19 de Septiembre se inicia el ataque en medio de la espesa niebla contra la población de Bezange. Al final del día los Shermans lograron parar a los poderosos Pantera gracias a esa misma niebla, donde el cañón largo del Pantera no podía sacar ventaja de la larga distancia y viendo como los tanques americanos los flanqueaban gracias a su mayor movilidad. Los alemanes acabaron el día y empezaron el siguiente a la defensiva.
A pesar de que el Alto Mando insistía en atacar continuamente, Manteuffel se veía imposibilitado de hacerlo, sobre todo porque cuando la niebla se disipaba al mediodía aparecían legiones de aviones americanos que destrozaban cualquier intento de ataque. Los aviones de la Luftwaffe fueron inexistentes en toda la batalla. La artillería americana también castigó duramente a sus enemigos durante toda la campaña.
El 21 de Septiembre hubo una pequeña tregua que aprovecharon ambos bandos para reforzarse. Los alemanes recibieron otra Brigada de tanques, la 111. Los americanos a su vez se reforzaron con el 9ª Grupo de Antitanques y el Escuadrón de Caballería 42.
El día 22, con fuerzas renovadas y con un nuevo Alto Mando (Hitler depone al General Blaskowitz y nombra al General Balck como jefe del Grupo de Ejércitos G en Francia), se ordenó un nuevo ataque contra la ciudad de Juvelize. Amparados por la niebla la nueva Brigada inició su avance. Todo iba bien hasta que el Sol disipó la niebla. Al final del día sólo quedaban en pie 7 tanques y 80 hombres en toda la Brigada.
Aquí acabó la primera fase del ataque alemán, con un rotundo fracaso. La inferioridad numérica, la masiva artillería americana y la impunidad con la que los aviones aliados actuaban hicieron imposible cualquier avance.
La segunda fase del ataque empezó el 24 de Septiembre. Los alemanes se reforzaron suficientemente para tener garantías de éxito. Llegó la División 559 Volks Grenadier y elementos del 1er Ejército, como la famosa 11ª División Panzer. Se atacó desde el Norte, Este y Sur al saliente que ocupaban los americanos en Arracourt. Tras intensos combates durante todo el día, los aviones P47 americanos batieron en retirada a los alemanes.
El 25 de septiembre, gracias a una lluvia providencial, los alemanes consiguen ocupar varias poblaciones consiguiendo que los americanos vieran comprometida su situación en el saliente y tuvieran que retroceder a posiciones más seguras. Marsal, Moyenvic, Juvelize y Coincourt son ocupadas por los germanos.
El 27 de septiembre Manteuffel intenta una maniobra para sorprender a los americanos e intentar atraparlos en una bolsa. Prepara un Grupo de Combate con tanques de varias unidades para realizar un movimiento de pinza por el sur en dirección Arracourt y así poder cortar la retirada a las tropas americanas al Este de esa población. A las 8 de la mañana se inicia un ataque de diversión al Norte y al Este contra la 4ª División americana. A las 10 empieza el ataque principal por el Sur. Otra vez la artillería americana frustra el avance a los pocos kilómetros. Pero es la única oportunidad de Manteuffel para lograr una victoria así que insiste. Por la noche se refuerza el Grupo de Combate con el 110º Regimiento Panzer Grenadier y, en un ataque sorpresa nocturno logran capturar la Colina 318, vital para los observadores de artillería americanos.
A las 7 de la mañana del día 28, los americanos contraatacan con el 51º Batallón de Infantería Acorazada y retoman la colina tras un fuerte combate cuerpo a cuerpo. Al mediodía la colina acaba en manos americanas y la artillería rechazó el contraataque alemán.
Punto culminante de la batalla: Noche del 28 al 29 de Septiembre de 1944
Cuando llega la oscuridad lo alemanes atacaron de nuevo enviando una fuerza de choque, apoyada por tanques, ladera arriba contra la colina 318. Este ataque forzó a los americanos a retirarse a la ladera opuesta, donde fueron barridos por un bien ejecutado aluvión de disparos alemanes. Justo antes de la medianoche el 51º Batallón retomó la cresta después de que un bombardeo preparatorio por 4 batallones de artillería hubiera roto la defensa alemana.
El enemigo tomó represalias pronto. La artillería alemana hizo contrabatería contra la americana y, bajo esta cobertura, la 11ª División Panzer extendió su dominio tomando la Colina 293 y apoderándose de la meseta al Este del Bois du Bénamont. Sin embargo, la infantería de la 51ª cavó trincheras en la cresta 318 y rechazó entregar el terreno.
El ataque alemán tuvo ganancias importantes durante la noche del 28 al 29 de Septiembre, pero la 4ª División Acorazada tenía, a estas alturas, una reputación de ser dura y tenaz a la defensiva.
La mañana del 29 rompió con una fuerte niebla que oscureció el campo de batalla. Los exhaustos alemanes intentaron presionar hacia Arracourt sin grandes progresos. Mientras tanto un pelotón de tanques medios del 8ª Batallón de Tanques se movió a la colina 318 en la niebla y, cuando ésta se disipó, el comandante de tanques dirigió la artillería hacia los tanques alemanes reunidos al abrigo de la niebla en el valle de abajo.
Después de varios percances que incluían el lanzamiento de panfletos de propaganda en vez de bombas, los cazabombarderos dieron cuenta del enemigo. A mitad de la tarde los alemanes huían desordenadamente hacía el sur. Restos del 2º Batallón del 110º Regimiento (Bajo el mando del Capitán Schneider) y unos pocos tanques del batallón de reconocimiento de la 11ª División aguantaron estoicamente su posición en el Bois du Bénamont mientras recibían fuego pesado de cazacarros y cañones de asalto. Cuando llegó la noche los supervivientes lograron filtrarse a través de las líneas enemigas hacia el sur.
Conclusión
Finalmente, los americanos mantuvieron las posiciones elevadas que les permitían observar muchos kilómetros de terreno despejado y, mientras los americanos siguieran en la colina 318, ningún éxito alemán era posible.
Las batallas de tanques de Lorena habían finalizado y este sector permaneció en calma. La 4ª División Acorazada americana estableció sus posiciones al Norte y Este de Arracourt, mientras la infantería alemana se atrincheraba varios cientos de metros más allá. El 12 de Octubre la división fue relevada por la 26ª División de Infantería y se envió a la reserva.
Durante todo Septiembre el tiempo fue favorable a la superior velocidad y maniobrabilidad de los tanques americanos. Igualmente importante era que los americanos habían aprendido las capacidades y limitaciones del Sherman M4 con cañón de 75mm, con el que la mayoría de compañías estaban equipadas. La maniobra fue la mejor táctica en Lorena, con varios tipos de “trampas de ratón” y ataques sorpresa con el casco desenfilado o bajo la cobertura de la niebla, contra los tanques alemanes cuyos cañones de alta velocidad, generalmente con mayor rango que los americanos pero con torretas que giraban a mano tan lentas que se le podían disparar 4 o 5 rondas antes de que el Pantera pudiera disparar.
Las pérdidas de tanques americanos normalmente se producían en ataques frontales contra los tanques enemigos luchando desde cobertura o en espacios abiertos donde el rango superior del cañón largo de 75mm del Pantera mostraba su superioridad.
En resumen, las batallas de Arracourt demostraron la habilidad de los americanos para mantener una defensa agresiva mientras ocupaban terreno crítico para denegar a los alemanes la oportunidad de conectar con la 553ª División Volks Grenadier en Nancy y para ampliar su posición en la ribera Este del Mosa de cara al invierno. Las armas combinadas de la 4ª División, complementadas con ataques aéreos, fueron bien orquestadas para mantener el saliente de Arracourt. Todos los intentos para desalojar la División de las colinas alrededor de Arracourt fallaron. Arracourt demostró la capacidad de los americanos de mantener una defensa móvil de 360 grados y en profundidad a pesar de las adversas condiciones atmosféricas. Así mismo, Arracourt mostró como la Wehrmacht, ya considerando la completa derrota, mantuvo su agresividad hasta que finalmente tuvo que mantenerse a la defensiva. Arracourt se convirtió, de este modo, en un punto de retorno crítico en el camino de Patton hacia Alemania y sirvió para comprometer las suficientes fuerzas y permitir el ataque principal en el norte. EL contraataque alemán fue rechazado y los alemanes jamás ganaron la iniciativa. Arracourt se convirtió en la base desde la cual el Tercer Ejército lanzó la ofensiva de invierno en Noviembre.
Arracourt, la batalla más grande de tanques en el Oeste, se convirtió en un modelo para las tácticas defensivas y operaciones combinadas en el futuro.
Que la recreación de esta batalla el día de hoy sirva como homenaje a todos los soldados que murieron en combate, de ambos bandos, así como al sufrimiento de la población civil implicada.
D.E.P.
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